martes, 21 de febrero de 2012

El Minotauro: un texto, unas imágenes, una música..


procedencia de la imagen

             El objetivo de esta entrada es, tomando como punto de partida un cuento de Borges, buscar en otras artes (pintura y música) las imágenes y la melodía que deberían acompañar a ese texto.


El texto seleccionado desarrolla la leyenda del Minotauro y del laberinto. Dicho mito  está en cierto modo relacionado con la civilización minoica que practicó el culto al toro y construyó inmensos y “laberínticos palacios” como el de Cnosos.


El mito del laberinto clásico, como otros tantos generados por la civilización grecorromana, es abordado desde innumerables perspectivas y de forma reiterada por la literatura española e hispanoamericana del siglo XX (Mújica Lainez, Cortázar, Borges...).


Borges en su cuento La casa de Asterión reinventa el mito. Según parece, el interés de Borges por el mito comienza cuando, siendo niño, descubre en una enciclopedia un grabado en acero del laberinto y se dedica a contemplarlo fijamente durante horas con la esperanza de ver al Minotauro. El propio Borges afirma: “A una tela de Watts, pintada en 1896, debo «La casa de Asterión» y el carácter de su pobre protagonista.”. Posiblemente observó este cuadro en la reproducción del libro que G. K. Chesterton le dedicó al pintor y que, se sabe, Borges leyó. Watts pintó el Minotauro en tres horas, lleno de indignación por la codicia de la sociedad materialista de su tiempo. 


El cuento ya desde el comienzo provoca desasosiego. El propio título despista o puede despistar al lector convencional. No se hace alusión al término laberinto (se ha cambiado por el término casa) y tampoco aparece la palabra Minotauro (se utiliza un nombre propio, Asterión, por lo demás únicamente familiar para el erudito). Así pues es posible que el lector piense que el cuento narra las vicisitudes de un hombre normal y nada especial. Comienza pues aquí el juego, más bien el enigma que sólo conseguiremos resolver cuando al llegar al final aparezcan los nombres de Ariadna, Teseo y Minotauro:


¿Lo creerás, Ariadna? –dijo Teseo-. El minotauro apenas se defendió.


Resulta realmente increíble, Borges consigue aglutinar todos los elementos reconocibles del mito en dos líneas, mientras, ha estado jugando con nosotros; con alusiones y elusiones ha conseguido mantener nuestro interés, en definitiva nos ha mantenido en vilo. 


Frente al mito clásico, el Minotauro de Borges no se nos presenta como un ser temible. Es posible que la figura de Asterión simbolice la condición del hombre en el mundo: un ser condenado a la soledad. Al comenzar el cuento se hace referencia a los “defectos” que caracterizaban al Minotauro del mito antiguo (soberbia, misantropía, locura). Algunos de ellos aparecen en este Asterión, pero conforme avanza la narración descubrimos que nuestro Minotauro no es el monstruo temible y terrible que habíamos imaginado; por el contrario es un ser miedoso, que suscitará la compasión del lector, y  al que la gente infunde temor.


Borges se apropia del mito y lo transforma o reelabora. Utiliza este elemento clásico para proyectarnos su visión sobre el ser humano: un ser angustiado que busca una salida, la llegada de alguien que lo libere de sus ataduras. 


Nos encontramos con una visión nueva que nos provoca desasosiego, ternura…. ¿Qué música sería la apropiada?



El tema del laberinto, Teseo y Ariadna inspiró a músicos como Handel o Lully; sin embargo en dichas obras el minotauro no desempeña un papel destacado, este se reserva a los humanos. Creo que la música que mejor refleja la sensación de desasosiego es la que Miguel Franco compuso para una exposición de pinturas de José Lucas







He aquí una pequeña muestra.







            Lo último que nos falta son las imágenes. Aquí el trabajo es más sencillo. Picasso muestra a lo largo de su pintura un interés por el personaje del toro o minotauro. Su interpretación varía: a veces es violento, cruel; otras se asemeja más a un personaje sereno, culto, ¿quizás como un alter ego?



Veamos una pequeña muestra.





               Por último una interpretación del cuento de Borges que produce esa sensación de desasosiego y que, personalmente, creo refleja muy bien el espíritu del cuento de Borges.


 


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